Los estudiantes no deberían tener una relación si no son lo suficientemente maduros o si no tienen 16 años o más. Las relaciones pueden conllevar muchas dificultades, paciencia y muchos cambios.
Según Schooldriller.com: “¡El encanto del amor joven! La preparatoria, con su mezcla de hormonas y su recién descubierta libertad, es un caldo de cultivo para los enredos románticos. La tentación de priorizar las relaciones por encima de lo académico puede ser desastrosa para el rendimiento académico y las perspectivas de futuro. Salir con alguien en la preparatoria es como subirse a una montaña rusa emocional, con altibajos de enamoramiento y desamor. Las intensas emociones asociadas con el amor joven pueden nublar el juicio y descarrilar el crecimiento personal. Además, los inevitables altibajos del romance adolescente pueden afectar el bienestar mental, provocando estrés, ansiedad e incluso depresión. Las llamadas telefónicas a altas horas de la noche, las citas románticas y los dramas en las relaciones pueden alterar los patrones de sueño y restar tiempo de estudio. En consecuencia, las calificaciones pueden verse afectadas, poniendo en peligro las futuras oportunidades educativas y profesionales.
Esto demuestra que los estudiantes deben evitar entrar en relaciones a menos que posean un cierto nivel de madurez y tengan al menos 16 años y sugiere que las relaciones pueden ser complejas y exigentes, requiriendo estabilidad emocional y preparación.